Al nacer el primer hijo de Juan Fernández también nació la idea de Lorien, un muñeco de 15 centímetros que está comenzando a ser famoso en Huesca. Tardó tres años en materializarse desde los primeros bocetos, inspirados en el busto de San Lorenzo. "Yo no sé si es que cuando nace un hijo te embarga la felicidad, se te juntan las ideas y tienes ganas de realizarlas" explica Juan.
Al principio no quería comercializar el muñeco laurentino, pero sí que registró el producto. No obstante, han pasado tres años desde el surgimeitno de la idea y solo dos meses desde que empezó a vender el peluche. Durantes esos años, Lorien iba colgado del carro de su hijo. "A mucha gente de Huesca le llamaba la atención, se daban cuenta que era parecido al busto de San Lorenzo y les contaba la historia" confiesa Fernández.
Aunque el muñeco tenga un alto parentesco con San Lorenzo, su fin no es más que inspirador y no pretende ser un calco del santo. La patente de la imágen del busto de San Lorenzo es propiedad del Obispado de Huesca y, ante un posible conflicto, presentó la idea a la Real Cofradía de San Lorenzo y al Obispado, quienes entendieron que Lorien no implicaba un uso dañino de la imágen de San Lorenzo.
Una de las anécdotas que Juan vivió fue la confusión generalizada entorno a quién había pensado y diseñado el muñeco. "Se pensaban que era mi mujer, mucha gente contestaba en femenino en Facebook y yo decía "muchas gracias" y se lo contaba a ella" confiesa entre risas.
El comienzo de su página de Facebook, Peluche Laurentino Lorien (@Loriendiezdeagosto), surgió inesperadamente cuando José Pueyo, dueño del restaurante Dommo, publicó una foto de Lorien. Más tarde llegó a la red social Instagram.
Además de la ayuda desinteresada de José Pueyo, Regina Trigo, de La Cardelina, también fue un impulso y el inicio de los puntos de venta de Lorien. En la actualidad ya cuenta con veinte establecimientos que colaboran en las ventas y tiene un proyecto de página web.