jueves, 11 de mayo de 2023

LA PRESIÓN EN EL DEPORTE

Cuando hablamos de presión competitiva, se trata de un concepto habitualmente negativo. El objectivo primordial es convertirlo en positivo para conseguir buenos resultados en las competiciones deportivas. Son situaciones, internas o externas, que hacen que el deportista disminuya su rendimiento. Aunque no siempre es así, en ocasiones la presión competitiva sirve para estimular al atleta y motivarlo, de forma que se convierte en un factor positivo. En este sentido, como entrenador, debes diferenciar muy bien entre presión negativa y positiva.



Activación, ansiedad y estrés

Para responder y entender más sobre la presión deportiva se debe tener un buen conocimiento de los conceptos ansiedad, estrés i activación. Vamos a conocerlos mejor:

  • Activación: Hace referencia al proceso físico y psíquico cuando el organismo se pone en estado de alerta. Se activan todas las funciones que dan respuesta a la presencia de un estímulo determinado. Algunos conceptos en este sentido serían la tensión muscular, el nivel de sudoración o la frecuencia cardíaca, entre otros.
  • Ansiedad: Reacción del deportista en estado de nervios y tensión frente a una situación que parece peligrosa o amenazante. La ansiedad es un elemento emocional. Para el deportista hay muchos momentos que pueden llegar a estresarle, como competir ante el público, la obligación de ganar o la presión mental de quedar primero. Las expectativas que se generan en un profesional también pueden dañarle emocionalmente. Hay que remarcar que no todos los deportistas viven la ansiedad de la misma forma. Mientras hay algunos que rinden mejor bajo presión, otros se vienen abajo.
  • Estrés: Puede ser negativo o positivo. Conceptualmente es la respuesta del organismo a  adaptarse en una determinada situación. El deportista intentará adecuarse a ella intentando mantener un equilibrio en su organismo. En definitiva, dará respuesta a lo que percibe. Si se habla de estrés positivo es el que activa y estimula al deportista a responder de forma correcta. Por su parte, el estrés negativo, que también se conoce como distress, es una respuesta descontrolada de nuestro organismo.

El estrés negativo afecta al deportista tanto a nivel psicológico, como en su toma de decisiones y también muscularmente. No hay que olvidar que mucha tensión acumulada provoca lesiones y agarrotamiento.

¿Cómo motivar para que el deportista rinda mejor bajo presión?

Hay que dejar claro que la presión competitiva no siempre está relacionada con el deporte profesional, aunque es donde tiene mayor importancia. Dicho concepto también lo encontramos en etapas de perfeccionamiento e iniciación. Se debe poner especial atención en esta última, cuando deporte significa jugar y divertirse. No debemos poner presiones deportivas a los niños. En muchas ocasiones, la ansiedad y nervios en un niño pueden generar frustración. Esto puede despertar situaciones amenazantes o no deseadas, en ese momento o en un futuro.

Hay otro factor muy importante en la presión deportiva: el entorno. Los entrenadores tienen el objetivo de quitar presión al deportista y, de esta forma, reducir sus niveles de ansiedad. Como preparador debes motivarlo y proporcionarle unas condiciones óptimas, físicas y psicológicas, ya sea en los entrenamientos o en la competición. Recuerda el objetivo: que el deportista consiga el máximo rendimiento dentro de sus posibilidades.

Conseguir lo mejor de un deportista no es tarea fácil para un entrenador. Pero si trabajas bien los conceptos de activación, estrés y ansiedad entenderás mejor a tus pupilos. Conseguirás que ofrezcan un mayor rendimiento deportivo bajo presión. Más allá de entrenar, también debes enseñarles a controlar la presión competitiva. Obtén recursos y estrategias psicológicas para marcar la diferencia. Te damos algunos consejos:

  • Conoce las situaciones que pueden ser estresantes para el deportista.
  • Genera situaciones de presión controlada en los entrenamientos.
  • Habla con el deportista sobre los conceptos de éxito y fracaso.
  • Explica al deportista donde ha mejorado y no lo compares con otros compañeros.
  • No le exijas por encima de sus posibilidades.
  • La práctica deportiva debe generarle experiencias positivas.

Ser fuerte mentalmente

Cuando hablamos de presión deportiva la mente nos puede jugar malas pasadas, por eso es importante también la fortaleza mental. Ese diálogo interno que guía nuestro proceso emocional e interactúa directamente con el rendimiento. Hay que mantenerlo libre de negatividad, duda y poca confianza. Solo de esta forma el porcentaje de éxito se incrementará.

Como deportista debes aprender a relajarte para evitar la tensión y alejar los pensamientos negativos. Visualizar el recorrido o algún tramo de la carrera, concentrarse al máximo, una buena respiración o la música pueden ser buenos aliados para fortalecerte mentalmente.

Está claro, pero, que para llegar a altos niveles hay que aprender a rendir bajo la presión del resultado y la expectación, como deportista y también como entrenador. Ten una cosa clara: los récords del mundo no cuentan si nadie mira.