sábado, 28 de mayo de 2016

MAYTE SARROCA

Dos adolescentes varones, que probablemente eran alumnos del instituto Ramón y Cajal de Huesca, son los únicos datos que Maite Sarroca tiene de los jóvenes que hace seis años se puede decir que le salvaron la vida. Así lo relata la propia Sarroca, que el 17 de mayo de 2010 sufrió un grave atropello en el centro de la capital oscense.

“Mucha gente corrió a socorrerme y llamaron al 112, pero estos chicos fueron al centro de salud Pirineos, situado a escasos 200 metros, donde alertaron de lo que había ocurrido y así la ambulancia salió rápidamente”, explica, y añade que los facultativos que le atendieron después le aseguraron que esos cuatro o cinco minutos que se ganaron pudieron ser cruciales para su superviviencia.

Después de una larga recuperación, Sarroca pudo conocer a las primeras personas que llegaron en su auxilio, en su mayoría alumnos del instituto próximo, que ella conocía de sobras, al ser en ese momento la presidenta de la Asociación de Padres y Alumnos. Pero en ningún momento logró identificar a los chicos que se aproximaron al centro de salud. “Hablé con profesores y con los alumnos del instituto para que preguntaran entre sus compañeros, pero nadie supo decirme quiénes eran”, lamenta, y es que asegura que le encantaría poder dar con ellos para agradecerles lo que hicieron aquel día.

Por ello, continúa en su búsqueda, aunque hayan pasado seis años. “Lo hemos hablado muchas veces con mi familia, y coincidimos que algo así no se olvida”, relata, y baraja la opción de que al haber transcurrido tanto tiempo, los chicos ya no vivan en la ciudad.

La oscense ha lanzado recientemente un libro en el que cuenta sus vivencias durante todo este tiempo, tras superar los 21 días en coma que estuvo tras el fuerte impacto que sufrió cuando, a la salida del trabajo, una conductora novel de 51 años se subió a la acera y confundiendo los pedales del coche, le golpeó y arrojó por los aires. Un episodio que trastocó todos sus planes de futuro, como bien indica el título que ha elegido para estas memorias: 'El segundo que cambio mi vida'.

La publicación fue presentada recientemente ante numeroso público, y desde entonces Maite Sarroca asegura que raro es el día que alguien no le para por las calles de la capital oscense para darle ánimos y felicitarle por el libro. “El otro día una chica con muletas me agradeció mucho el mensaje que transmito con mi historia, y me dijo que podía ayudar a mucha gente con él”, apunta emocionada. Y es que la narración de su recuperación es un relato de lucha día tras día y de superación constante. “El mensaje que intento transmitir es el de que no hay que rendirse nunca, que hay que pelear por superarse”, explica.

Así, en el libro relata su estancia en el centro Guttmann de neurorehabilitación y todo lo que le aportó, su regreso a casa, la adaptación a su nueva vida... Además de su pelea por volver a hacer acciones cotidianas, como partirse la fruta, o caminar sin muletas. “Ahora ya puedo calzarme unas zapatillas e incluso ir a pasear por el monte”, asegura con entusiasmo. Frente a un poco alentador diagnóstico inicial, Sarroca ha conseguido una gran recuperación, y sobre todo, explica, “aprender a vivir con sus limitaciones”. “No puedo trabajar, me falla la memoria y a veces me bloqueo, pero hay que saborear las cosas que sí puede hacer”, añade.

Su libro está a la venta en varias librerías de la ciudad de Huesca, y se plantea distribuirlo también a alguna de Zaragoza. En la feria del libro de la capital oscense, que se celebrará este fin de semana, firmará ejemplares el viernes 27 de 18.00 a 21.00. “Ojalá se acerque los dos chicos que me ayudaron a aquel día. Me haría muy feliz”, concluye. 

 

Por aquella época recién creado el JUVENTUD, ya nos acordamos de MAYTE en un torneo que fuimos a jugar a Francia. Hoy pasados  años y mas cerca, nos seguimos acordando de ti