Casi tres meses después del anuncio de que en 2020, el año de la pandemia, Huesca no tendrá fiestas patronales, los oscenses vivirán este domingo resignados un 9 de agosto del todo inhabitual, porque no solo no habrá fiestas sino que se han establecido restricciones en vías públicas para evitar aglomeraciones y el retroceso de la ciudad a la fase 2 tras un amago de normalidad entre el 21 de junio (final del estado de alarma) y el 12 de julio, impone algunas restricciones extra en la hostelería e incluso en las reuniones particulares.
Se llega al 9 de agosto tras una intensa campaña de las autoridades con llamamientos la responsabilidad y advertencias de la necesidad de controlar brotes o rebrotes del virus y la preparación de un dispositivo que va a concentrar hasta el día de San Lorenzo unos 500 funcionarios de la Policía Local, el Cuerpo Nacional de Policía, la Unidad de la Policía Nacional adscrita a la Comunidad Autónoma y la Guardia Civil.
Las autoridades políticas y sanitarias han subrayado durante estos días que los locales de las peñas deben permanecer cerrados, según normativa emanada el Gobierno de Aragón para toda la comunidad autónoma